Esta foto está tomada en el Parque Güell de Barcelona, aunque podría haberla hecho en cualquier otro lugar. Los artistas callejeros saben bien cómo ganarse a los niños. Soplan, como si estuvieran haciendo magia, y los dejan embobados durante milésimas de segundo observando la enorme pompa de jabón que se eleva sobre sus cabezas.
Unos observan tímidos desde lejos, otros saltan todo lo que pueden al mismo tiempo que estiran su cuerpo en un intento de tocar con la punta de los dedos la burbuja y hacerla explotar.