Me llevé una enorme sorpresa al comprar este libro y descubrir que el primer trabajo de George Orwell había sido como Policía Militar en Birmania en los tiempos en que era colonia del Imperio Británico.

George Orwell (1903 – 1950) fue uno de los escritores más destacados de Reino Unido de su época. Muchos lo consideran uno de los más brillantes ensayistas y maestro de periodistas. Su vida es en cierta forma un recordatorio de lo mejor y lo peor del mundo occidental del s. XX.

Nació en la India en el seno de una familia británica de clase media, estudió con una beca en Eton, sirvió en la Policía Imperial en Birmania, volvió a Europa donde sobrevivió como lavaplatos en París y al final regresó a Inglaterra.

Su época como Policía Imperial en la Birmania colonizada por los ingleses en la década de 1920 marcó mucho su visión del mundo. En «Los días de Birmania» narra precisamente cómo fue su vida durante el tiempo que permaneció allí antes de marcharse desilusionado con el dominio británico sobre las colonias.

Durante 5 años, Orwell se paseó por Birmania con su impoluto uniforme militar, armado con pistolas y con un sentimiento de superioridad patrullando aquel rincón del mundo. Sin embargo, repentinamente lo abandonó todo, volvió a Inglaterra sin previo aviso y presentó su dimisión.

Ahí comenzó su carrera como escritor. Y lo hizo narrando en esta novela las historias de la tan diferente vida cotidiana de indios y británicos que llegó a odiar en una Birmania que vivía los últimos días de su época colonial antes de la Segunda Guerra Mundial.

Orwell pareció no soportar el sometimiento de la población local por parte de los ingleses, el halo de superioridad británico, la falta de respeto por los indios… así que cambió su nombre real (Enric Arthur Blair) por el de George Orwell y empezó a narrar historias de los más desfavorecidos.

Comenzó con «Los días de Birmania», una obra casi desconocida en la que cuenta la vida de Flory (representante inglés de una empresa maderera) en la pequeña colonia británica en la villa de Kyauktada. Los días discurren entre el calor sofocante, los interminables aperitivos alcohólicos en el club inglés y las intrigas pueblerinas. No obstante, la simpatía de Flory hacia los nativos parece crear cierta intranquilidad entre sus compatriotas. El rico y corrupto submagistrado local, U Po King, intentará sacar provecho de esta circunstancia en su propio beneficio. Inesperadamente, una encantadora y caprichosa joven, Miss Lackersteen, se incorpora a la comunidad y todo comienza a tambalearse.

 

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