Dentro de un mes, estaré en Berlín con 7 días por delante para conocer una ciudad que, después de haber visitado tan sólo un fin de semana hace varios años, siempre digo que es mi ciudad preferida de Europa. Como hago cada vez que voy a viajar, antes estoy leyendo y viendo películas para refrescar la parte de la historia más interesante de esa ciudad. Las cosas que visitar ya las decidiré en el avión con la guía Lonely Planet que me acompaña siempre en mis escapadas.
‘Los falsificadores‘ cuenta la verdadera historia de Salomon Sorowitsch, falsificador extraordinario y bohemio. Tras ser enviado a un campo de concentración alemán en 1944, acepta ayudar a los Nazis en una organizada operación de falsificación diseñada para ayudar a financiar el esfuerzo bélico.
Se trató de la mayor estafa de la historia. Se imprimieron más de 130 millones de libras esterlinas, en unas condiciones que no podían ser más trágicas o espectaculares. Durante los últimos años de la guerra, como el Reich alemán veía que el final estaba cerca, las autoridades decidieron producir sus propios billetes en las divisas de sus principales enemigos de guerra. Su objetivo era utilizar el dinero falso para inundar la economía enemiga y rellenar las vacías arcas de la guerra.
En el campo de concentración de Sachsenhausen, se aislaron dos barracones del resto del campo y del mundo exterior para transformarlos en un taller de falsificación perfectamente equipado. Había nacido la «Operación Bernhard». Se trasladó a prisioneros desde otros campos hasta Sachsenhausen para poner en práctica el plan: tipógrafos profesionales, meticulosos banqueros y sencillos artesanos, que pasarían a formar parte de un comando de falsificadores de alto secreto. Podían elegir: si colaboraban con el enemigo, tendrían una posibilidad de sobrevivir, ya que sería prisioneros de primera clase en una «jaula de oro » con suficiente comida y una cama donde dormir. Si saboteaban la operación, les esperaba una muerte segura.
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