La España de Campofrío es la que nos arruina

No he podido dejar de sorprenderme esta semana con los que posteaban, tuiteaban y alababan en todas sus formas el último anuncio de Campofrío. Me parecía un optimismo inventado a base de glorias pasadas con las que pretenden que creamos que vamos a vivir siempre. Un optimismo forzado que, con el panorama que tenemos, pienso que no viene a cuento porque perjudica y atonta a quienes se quedan en la superficie del mensaje y no llegan a pensar más allá.

¿Por qué necesitamos mensajes optimistas para levantar el ánimo? Porque estamos hechos mierda. ¿Por qué necesitamos reafirmarnos con mejores tiempos pasados? Porque no tenemos casi nada que nos reafirme en 2012. ¿Por qué debemos sentirnos orgullosos con cosas que en realidad dan pena? Porque estamos hechos mierda y no queremos reconocerlo.

Dice Íñigo Sáez de Ugarte (@guerraeterna) en eldiario.es que La España de Campofrío nos hundirá en la miseria y creo que tiene mucha razón.

La España de Campofrío es la España de la que hay que huir corriendo. La que arruinada, como los viejos hidalgos, se siente obligada a continuar aparentando que todo va bien, que es una privilegiada por vivir bajo el sol de España.

Leía a Javier Barrera en Facebook decir esto también y me consolaba que no soy la única pesimista que piensa así:

Lo podría haber firmado yo, pero lo ha escrito Iñigo Saez de Ugarte, y sí, estoy de acuerdo. Hay que ser humilde, reconocer los errores, trabajar duro y dejarse de mirar al pasado y dejar de contemplar con benevolencia, por ejemplo, que los jóvenes se vayan al extranjero porque en España no se puede vivir. Hay que estar tristes, preocupados, contenidos y basta ya de masajearse los centros recordando a Picasso, el Quijote o Barcelona92. Toca sufrir y admitir el fracaso. Son tiempos para darse cuenta de que somos culpables, no para levantarnos la moral con anuncios blandengues ¿Viva la paella? Iros a la mierda.

Hay cosas de este anuncio que dan pena y verlas como algo positivo de lo que alegrarnos suena tan a humor negro que asusta que la gente se lo haya tragado. Se ríen de mí si quieren que me trague que somos buenos por el AVE, por la generación del 27, por el Quijote y por Velázquez. Y me toman por tonta cuando dicen que tenemos aeropuertos para aburrir, que exportamos jóvenes o que los jubilados mantienen a sus familias. Ahora en serio: ¿estáis orgullosos de esto?

Siete premios Nobel. No es que eso nos coloque en una posición de dominio. Trasplantes. Eso es cierto. Idiomas. ¿Idiomas? No será por el inglés. Ah, se refieren a los otros idiomas de España, esos que el PP suele contemplar con desconfianza. Cuando aparece la mención al AVE, ya está claro que el guionista ha perdido la cabeza. «El tren de alta velocidad. Que se lo hemos vendido a los chinos» (?), dicen dos humoristas. ¿Será todo esto una colección de chistes? Acto seguido, la generación del 27, el Quijote y Velázquez. Y por esto último no ha habido que pagar nada en los últimos años. «Infraestructuras, que aquí tenemos aeropuertos para aburrir». ¿Presumimos de haber levantado las obras públicas que pagamos con dinero de los bancos alemanes en la época del dinero fácil? ¿Los españoles deben levantar el ánimo al ver las pistas vacías del aeropuerto de Castellón o la estatua en honor al cacique local? (…)

(…) Resulta que tenemos que presumir (va directo a la lista del orgullo) de que estamos expulsando a los jóvenes porque aquí no hay nada que hacer: «No te olvides de los jóvenes que exportamos, la generación más preparada de la historia». No se exporta a las personas. No es ningún motivo de satisfacción perder a las personas cuya educación has pagado con fondos públicos. Y pasan al lado unos jóvenes y, en vez de reaccionar con la lógica violencia tras escuchar algo así porque el país en el que quieren vivir es un páramo y no tiene nada para ellos, se giran y dicen: «Pero volveremos». Quizá, pero no se irán con una sonrisa en los labios ni sabiendo cuándo regresarán.

Luego, no falta la referencia elogiosa a los abuelos «que con su pensión están sosteniendo a sus hijos y sus nietos». WTF? ¿Pensiones de 400, 500 y 600 euros están pensadas para mantener a tres generaciones diferentes? Ese es el progreso del que debemos sentirnos satisfechos.

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