Estaba leyendo esta mañana El País cuando me he tropezado con un reportaje de Vicente Verdú titulado «Soledad, la plaga del siglo XXI«. Me ha hecho saltar de la silla porque generaliza una idea que creo que se aleja bastante de la realidad que muchos internautas vivimos.
Recomiendo su lectura para entender mejor lo que digo. Es interesante, aunque sea para reaccionar en su contra. En resumen, argumenta que internet está provocando que las personas sean más solitarias y dice que «el trato físico real está siendo sustituido por las relaciones on-line a distancia«.
Habla siempre en tono negativo y pesimista sobre las nuevas posibilidades de la red. Dudo de si su conclusión será que ¿internet empobrece nuestras vidas? Dice que «mientras la relación en el cuerpo a cuerpo sigue debilitándose, la relación a distancia, máscara a máscara, aumenta y prolifera». Habla de «fingir en la pantalla, travestirse en la Red y recrearse en el nuevo espacio virtua»l. Y sobre las redes sociales sostiene que «hacen que conectemos con más gentes sin tener que sufrir la penalidad de su aliento».
Sigue con que «en internet crece la conexión y hasta la implicación, pero no los compromisos fuertes ni los entrañamientos hondos. De la misma manera que el saber actual es más superficial que profundo, la relación con las personas a través de la Red conforma un modelo a su imagen y semejanza».
También quiero destacar que escribe que «lo específico de nuestra especie no es el contacto con los demás, sino la distancia. Pero hay especies de no contacto, entre las que se encuentra el caballo, el perro, el gato, la rata y también los seres humanos. No nos aguantamos demasiado cerca».
Perdonen que no esté de acuerdo. A mí internet no me hace salir menos, ni tener menos amigos. Más bien al contrario. La red me sirve para estar en contacto diario con aquellos que tengo lejos; he conocido a mucha más gente a través de blogs; y las redes sociales no han sustituido a mi grupo de amigos.
Para ejemplo, un botón. Como he repetido, me inicié con Moeh y después con Rosa. A través de ellos y gracias a los blogs, he ido conociendo a más gente. Se me ocurre nombrar a algunos como Chiqui, Sergio, Arturo J. Paniagua (en realidad, le recordaba sentado en la última fila de la facultad jugando), Juanlu, Tíscar o David de Ugarte.
En parte, es cierto que la gente cada vez es más individualista y que a veces nos sentimos solos (especialmente en grandes núcleos urbanos). Pero por varias razones. Permitan que sea más optimista y no considere que los seres humanos no nos aguantemos cerca.
Que manía tiene todo el mundo en sacarle el lado negativo a Internet…aunque hay que reconocer que para mucha gente es su única ventana al mundo. Lo que no me atrevo a decir es que eso sea necesariamente malo: es simplemente una forma distinta de relacionarse.
Pues yo también leí el artículo y me parece, que aunque que en algunas cosas tienes razón, en otras las tiene Vicente Verdú. Hay gente que ha cambiado los mails o los SMS por una conversación.
Me parece a mí que está gente que tanto filosofa sobre internet y sus malvados efecto es sólo teórica. Nunca se ha sentado delante de un ordenador a conocer sin prejuicios preestablecidos, que es lo que realmente se puede encontrar en la red, aparte de pedófilos, delincuentes, frikis pajlleros y demás fauna virtual.
Desgraciadamente, la soledad existía antes de internet y seguirá existiendo por los siglos de los siglos. Internet no hace más «amargados» de los que había.
Besos, amiga
Por cierto, eres mucho más guapa en persona, que lo sepas! 😉
Bueno, todo depende del uso que se le dé, pero poco a poco me da la impresión de que nos estamos haciendo más solitarios e individualistas. Ayer precisamente hablaba con un amigo de California sobre este mismo tema, y le contaba que siempre que trato este asunto se me viene a la cabeza una imagen de mucha gente en un bar o cibercafé, sentadas en sus sillones, cada uno con su portátil y chateando entre ellos sin levantar la vista de la pantalla y sin darse cuenta de que todos están en la misma habitación. Curioso.
Grüße aus Deutschland y gracias por el link sobre los separadores del carril bus 🙂
Me gusta WP. Enhorabuena. Mucha suerte y nos seguiremos por línea. Saludos desde Madrid.
Por supuesto, Internet ha cambiado en parte algunos de nuestros hábitos de comunicación. Puede que a veces se sustituya una conversación telefónica por un correo electrónico, pero al menos en mí no provoca que vea menos a mis amigos o que me relacione menos.
Internet nos cambia, pero creo que a mejor. Es una nueva herramienta de comunicación y la usamos como tal, ni más ni menos.
PD Chiqui, gracias por el piropo 😉
Y curiosamente cuando la gente toma la red, una de las primeras cosas que se inventan son las kddas y las Beer and Blogs para desvirtualizar a esa gente con la que compartes aficiones comunes…
Lo dicho, que este señor yo creo que vive en un mundo internet paralelo al nuestro….
Pues el señor se equivoca y lo dices tú y tus comentaristas. La red es un espacio de socialización, de tejido, de relaciones.
Una persona que no se sepa relacionar en la vida física, no sabrá hacerlo en el mundo digital (que no está divorciado del otro). La diferencia es que la mediación de las relaciones cambian con la plataforma. Se vuelve atemporal, caótica, espontánea, ubicua y de estimulación visual antes que táctil. ¿Y qué?
El problema que tiene este tipo de gente con los nuevos tiempos es que la incertidumbre los aterra. Nunca tanta gente en este mundo había tenido en su mano más herramientas para la comunicación. Si eso genera más ruido o más aislamiento, es cuestión de uso de la tecnología, y cambiarlo es cuestión de educación… hasta educación sentimental.
abrazo
Gracias por el comentario, Luis Carlos. Enriquecedor.
Hola
No estoy de acuerdo en andar satanizando las nuevas tecnologías y menos una que nos permite acceder a tan amplias posibilidades. Sin embargo, si considero importante reflexionar sobre lo que ocurre cuando nuestra vida se reduce a ese tipo de socialización y de experiencias mediadas solo por el contexto virtual.
Gracias,
Ángela María
Hay investigaciones interesantes al respecto, como las desarrolladas por Gary Small en donde se demuestran algunas pérdidas interesantes en las habilidades sociales (capacidad de leer e interpretar al otro y su gestualidad, sus expresiones cotidianas….).
Creo que no se trata de armarnos e irnos en contra de quienes piensan en las consecuencias y en las transformaciones que el uso de todas las tecnologías trae consigo. Tiene muchas ventajas, es verdad pero a la par también modifica situaciones, condiciones, maneras de proceder y creo (por experiencia propia) que aunque nos abre las puertas al mundo, reduce poco a pocio nuestra capacidad de estar con nosotros mismos, de disfrutar la soledad y de aprender de las cosas que nos pasan cotidianamente al darnos acceso a tantas posibilidades que pueden ejecutarse de manera paralela.
No irse a los extremos es un buen punto de partida.
De nuevo gracias,
Ángela María