Social Business: el «It’s not the software stupid» y la importancia de la cultura corporativa

Uno de los grandes errores que comenten muchas compañías que quieren dar el salto hacia la Empresa Social es pensar que sólo con implementar las herramientas de las que muchos les hablan será suficiente. No es en absoluto así.

En post anteriores que he escrito para Zyncro ya he apuntado que ser una Empresa 2.0 es mucho más que usar herramientas sociales o abrir perfiles para hablar en redes con tus clientes o empleados. Las herramientas son sólo eso: el vehículo para lograr el objetivo que no es otro que transformar las organizaciones en estructuras más horizontales, mejor comunicadas, donde se intercambia el conocimiento y se promueve el aprendizaje colaborativo.

La implementación de una herramienta sin nada más llevará a la empresa al fracaso. Antes de eso es imprescindible un cambio de cultura de la compañía, un giro hacia una nueva forma de gestionar el negocio y las personas en el que la directiva debe tener un papel activo esencial para que los nuevos genes sociales se expandan al resto de la organización.

Hoy leía un artículo muy recomendable de Fernando Polo (@abladias) de Territorio Creativo que me ha hecho volver a reflexionar sobre este tema y que me ha hecho escribir este post. En él, Fernando mencionaba esa misma idea de que lo importante no es una herramienta, sino el cambio de cultura organizacional sin el cual la herramienta será un absoluto fracaso.

Mejor leedlo completo, pero por si no lo hacéis, os destaco aquí un par de párrafos que me parecen geniales.

No son las herramientas, es la cultura necesaria para hacer uso de ellas:

La promesa de la productividad que subyace en el software social, no reside en el software, sino en el uso que de él hacen las personas. Y a diferencia de un ERP adoptado “por imposición legal” el uso de herramientas 2.0 internas (wikis, blogs, redes sociales…) dependen en gran parte de la voluntad del individuo. Y si éste no ve el contexto propicio, ni el compromiso de sus jefes, simplemente pasa, o hace un uso superficial.

Lo que es evidente, es que cuando hablamos de la Empresa 2.0 o empresa social, o lo que sea, no nos referimos a las herramientas en sí. Nos referimos a la cultura y a las dinámicas organizacionales que fomenten el uso de estas herramientas para producir innovación, eficiencia u orgullo de pertenencia a la empresa.

Lo importante es la cultura, la metodología y los procesos:

No cambiará nada, mientras no cambie la cultura corporativa. Cuando comiencen a cambiar las creencias, desarrollaremos metodologías y procesos que fomenten la autonomía de los empleados para tomar decisiones, para co-crear de manera efectiva. Que les permitan crecer, desarrollarse profesionalmente y compartir una visión para mejorar el mundo. En ese caldo de cultivo, las herramientas 2.0 aportarán su potencial y su promesa. Hasta entonces, las herramientas sólo servirán de catalizadores para activar progresivamente pequeños cambios que trabajan hacia “el gran cambio”: el cambio cultural.

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