Ayer tuvimos nuestro primer problema técnico en el piso. Ya hemos experimentado qué se siente cuando te sale en el techo tu primera gotera. Nos hemos estrenado.
Ya sabéis que estoy contenta desde que me cambié de piso. Porque está bastante nuevo, por la zona, por la terraza… Hasta ahora el único inconveniente eran los 4 pisos que tenemos que subir de escaleras, pero a cambio disfrutamos de la terraza. Ayer le encontramos otro inconveniente a lo de no tener ningún vecino viviendo sobre nuestras cabezas. Si llueve en exceso y tu techo no pasa por su mejor momento, las paredes se quejan.
La pequeña humedad que observamos hace unas semanas ha terminado rebelándose. Anoche tuvimos que quitar la cama después de que se nos empapase un colchón e improvisar un equipo de urgencia. Cortina de ducha para proteger la tarima flotante y un barreño para recoger el agua que goteaba.
Esta mañana parte al seguro y visita del perito con la casera. Por lo visto, es el codo de un bajante lo que anda dando la lata. Ahora toca esperar a que manden a alguien que lo arregle. Espero que mientras tanto, no llueva demasiado. Si no, tendremos que comprarnos unas aletas y unos trajes de neopreno.
Deja las humedades, niña. Mira que si os sale la Virgen María o cualquiero otra «cosa paranormal» os forráis con la del loquetes que pagarían por verla. ¿No ves que Dios se comunica con nosotros por humedades? ¡Te están mandado un mensaje divino!
@Manuman jajaja Y yo quejándome porque el perito no llega….