Es humano cabrearse cuando ves que alguien ha parodiado una idea que tuviste y que funcionó bien. Sin embargo, deberíamos hacer al contrario y alegrarnos. Que te parodien es sinónimo de que lo que hiciste llamó la atención y, por tanto, fue un éxito. Puede pasar incluso con cosas absurdas. Se me ocurre un ejemplo: una estúpida campaña de publicidad.
Metro Trains de Australia lanzó una campaña con una canción pegajosa tan estúpida como que se titulaba «Dumb ways to die» pero que lleva más de 46 millones de reproducciones en YouTube. Todo lo estúpida que queráis, pero casi 47 millones de personas han escuchado su mensaje, que era lo importante.
Lo mejor es que puedes pasarte horas viendo vídeos parodiándolo. Incluso hay una versión de una hora de la canción en loop, una adaptación al mundo de los videojuegos u otra a películas. Y ¡sí! hay una versión con escenas reales.