Los que me conocen desde hace tiempo seguro que recuerdan a la perfección todas las veces que tuve que calzar muletas en algún que otro momento cuando tenía entre 10 y 14 años. No era raro verme de esta guisa, para qué negarlo. Creo que mis huesos se tomaron con calma eso del crecimiento y sin prisa el tema de la adolescencia, pero al final -más vale tarde…- lo consiguieron.
De esos momentos, obviamente, no tengo buenos recuerdos. Pero sí alguna que otra anécdota. Un problemilla con mi cadera derecha (si mal no recuerdo) me hizo estar tumbada en una cama durante 1 mes entero. El aburrimiento, como era de esperar, fue más que considerable. A pesar de las visitas, de los regalos, de la paciencia de los que me conocían…
Alguien me dijo que una conocida había estado en cama mucho tiempo y que le relajaba desgarrar medias hasta hacerlas trizas. Y ahí me tenéis a mí… horas y horas sentada mientras deshacía las medias rotas que me traían desde lo más profundo de sus cajones mis tías, primas y amigas. Lo dicho, que os podéis imaginar lo aburrida que estaba.
Además, recuerdo alguna que otra putadilla (…ups, se me escapó…) de mi hermano. Como no me podía mover de la cama absolutamente para nada, se ponía a comerse las cajas de bombones que me regalaban como a unos 2 metros de mi nariz, la distancia suficiente para darme envidia pero la justa para que no alcanzase con un brazo a quitarle la caja de las manos y sólo pudiese limitarme a dar desesperados gritos a mi madre esperando que pusiese solución al asunto.
Hoy me siento un poco imbécil porque perdí la oportunidad de mi vida para sacarme una pasta gansa. Claro está que en aquella época no teníamos internet en casa y me parece recordar que acababan de comprarnos nuestro primer Pentium II, toda una revolución entonces. Pero la cuestión es que, si eso me pasase ahora, podría sacarme unos 12.000€ con tiempo, picardía y unos cuantos conocimientos de internet.
Es lo que ha hecho un friki-ingeniero en Holanda. Lo único es que lo suyo tiene bastante más delito… o mérito, según se mire. El tipo no tenía ningún problema de cadera y se ha pasado metido en su cama 1 mes y medio para calentar las sábanas y levantarse con unos 11.000€ en el bolsillo.
Creo que hay que estar bastante aburrido para hacer algo así, pero bueno, el invierno holandés tampoco creo que sea muy apetecible para dar largos paseos, así que le encontraré esa justificación. El caso es que el chavalito el pasado 14 de febrero saltó a las pantallas de los ordenadores de medio mundo. Su gesto poco tenía que ver con las cosas del amor. «Me estaba tragando un reality show en la cama y empecé a darle vueltas a una idea: cómo forrarme sin mover un dedo», detalla este estudiante de 22 años por teléfono desde su minúsculo cuarto en Zoetemeer, Holanda. Y vaya si se le encendió la bombilla: ha amasado más de 17.000 dólares con la web SleepingRich (El Rico Durmiente) en poco más de mes y medio. «Me planteé un reto: pasar el mayor tiempo posible delante de una webcam, acostado en la cama y encerrado en mi cuarto. Pedí a los visitantes de mi página que recompensaran mi esfuerzo con donaciones económicas», explica este estudiante de Ingeniería.
Si os aburrís y entráis en la página, por ahí sigue todavía. Dadle un dinerillo, anda….