Martes y 13

No soy supersticiosa, que quede claro. Es más, siempre me ha hecho gracia lo de «Martes 13: ni te cases ni te embarques«. Pero hoy estoy teniendo un mal día. No creo que sea por la fecha, pero puesta a quejarme lo haré también por la coincidencia del calendario.

Una larga mañana de reuniones, marrones que me caen encima, trabajo acumulado encima de la mesa, cosas nuevas que entrar con muchíiiiiiiiiisima urgencia… La historia de siempre. El resto de días no suelo quejarme mucho; total ¿para qué? Pero hoy aprovechando que me coincide con ser martes 13, me desahogo. Me cago en el martes 13.

Y digo yo… ¿de dónde viene eso del martes 13? Sigo sin creérmelo, pero por si a alguien le interesa…

Las leyendas nórdicas hablan de 13 espíritus del mal; la venida del Anticristo y la Bestia aparecen en el capítulo 13 del Apocalipsis; en el Tarot, este número hace referencia a la muerte, y en la Última Cena de Jesucristo, después de la cual fue crucificado, los discípulos eran trece.

El día Martes no se queda atrás. «Marte», según la mitología griega, es el Dios de la guerra, por lo cual este día está regido por el planeta rojo, el de la destrucción, la sangre y la violencia. Además, la leyenda dice que un día martes 13 se produjo la confusión de lenguas en la Torre de Babel…

En resumen, al martes 13 ni caso. Y a mí hoy, tampoco me hagan caso. Ni siquiera soy capaz de escribir un post decente.

REINVENTAR LA TELE: TV 2.0

Ayer por la mañana, como buen domingo, estuve paseando un ratito por la red. Como sabía que muchos andaban por el icities, entré en twitter para ver qué se cocía por allí. De los mensajes que unos y otros iban dejando, me gustó uno que dejó Netoratón a propósito de algo que había dicho Ícaro Moyano:

Castigar hoy a un chaval sin televisión es como si a tí a su edad te hubieran castigado sin las páginas amarillas.

No se si alguien en su infancia sintió curiosidad por ese libro amarillo situado junto al teléfono y que en mi casa se quedaba con su plástico puesto todo el año hasta que el señor de correos venía a cambiarlo por el nuevo al año siguiente. Desde luego, no es mi caso. Está claro que en el 2008, internet es más importante para los jóvenes que la televisión.

Además la cuestión es lógica. Si yo tuviera que elegir entre los dos medios, ¿por qué iba a quedarme con la tele? Si a fin de cuentas con internet tengo acceso a la red y además acceso a televisión.

Esta frase de Ícaro coincidió con un artículo que leí la semana pasada en El Publicista, «TV 2.0, el futuro ya está aquí». Estaba claro, tocaba pararse a pensar un poquito sobre el futuro y todo lo que puede salir de la combinación televisión-internet.

Hace ya tiempo que se empezó a hablar de la televisión a la carta (on demand). Los usuarios ya no quieren sentarse a ver lo que haya cada día en la tele, sino que que quieren decidir qué les apetece ver en cada momento. Los avances tecnológicos hacen que esto sea ya posible. Adiós a José Luis Moreno, a Juan Imedio y a Jaime Cantizano los sábados por la noche. ¡Por fin!

Las opciones que se presentan son muchas. Entre otras que seguro se me escapan:

  • Generación y edición de contenidos por los usuarios: YouTube, Jumpcut, Flickr Vídeos o Blip.tv por nombrar algunos.
  • Incluso generación de contenidos no sólo con grabaciones y ediciones sino en directo con servicios de streaming como mogulus.
  • Aunque no es directamente televisión por internet, las descargas a través de redes p2p suplen en ocasiones a la televisión. ¿Quién no ha vivido en un colegio mayor en su época de facultad sin televisor y se ha tragado serie tras serie gracias a la descarga en emule o torrent?
  • Llevar la televisión clásica de canales a plataformas web. Ejemplo clásico: Mobuzz donde ya Javier Capitán tiene programa.
  • Adaptaciones que hacen muchas cadenas clásicas de televisión para emitir sus contenidos también la red.

Ya han surgido algunos favoritos entre los internautas. Se habla de Veoh y también del fenómeno Zatoo, una televisión por banda ancha que transmite imágenes en tiempo real por streaming video a través de la red. Tienen más de 20 canales y desde julio de 2007 más de 800.000 usuarios registrados. También con contenidos a la carta existe Joost, aunque de momento sólo con contenidos en inglés. ANDStream.tv es un nuevo ejemplo de televisión on demand.

También nos encontramos con las iniciativas de cadenas clásicas que ofrecen sus programas estrella a través de internet. Antena 3 emite on line sus contenidos de TDT a través de Teleporlared, Telecinco ha apostado fuerte por este sistema con MiTele e incluso ha creado la serie «becarios» en exclusiva para los internautas. Cada vez son más los que se apuntan a estos sistemas: la autonómica Canal Sur, la televisión Gallega e incluso la ABC en Estados Unidos con los webisodes de Lost. Últimamente escucho hablar de Sezmi que parece ser la bomba; de momento, no lo he probado.

La evolución de todo esto algunos la tienen clara. Eduardo Collado se pregunta ¿cual es el siguiente paso?, la respuesta parece obvia, consiste en darle más poder a quien decida ver participar en la emisión, porque la Televisón 2.0 es eso, una televisión donde no hay gente viendo programas, hay gente participando en programas.

¿Qué pasa con los anunciantes?

Con este panorama, los anunciantes tienen que ponerse las pilas para aprovechar un nuevo soporte donde las posibilidades se antojan casi ilimitadas.

La televisión a la carta aporta nuevas y mejores opciones a los anunciantes ya que, sin renunciar al impacto de los spots televisivos, la medición on line les ofrece una segmentación de los públicos que aportará a sus mensajes mucha más eficacia. Con la televisión en internet se abre una nueva fórmula de publicidad interactiva en la que se unen lo mejor de la televisión y lo mejor de internet. Algunos en España ya se han animado como el caso de Balumba y Opel, por nombrar algunos que se anuncian en estas nuevas plataformas.

Y la pregunta es ¿está el mercado preparado para dar a los anunciantes las garantías que exigirán para anunciarse en la red? Ahora el reto es la implantación de la tecnología y las infraestructuras necesarias para dar estos servicios con calidad y poner en marcha servicios de medición de audiencia en la red consensuados por todas las partes. Para que todo salga bien, hay que apostar por el desarrollo de un buen sistema de medición de audiencias en internet, una especie de Sofres online que mejore a nielsen netratings y de garantías al mercado publicitario.

Con todo esto, ya estaremos preparados.

Para terminar, lanzo un pregunta ¿qué televisión a la carta usas tú?