MUERE SYDNEY POLLACK

Esta mañana me he levantado con una mala noticia. Sydney Pollack ha muerto a sus 73 años víctima de un cáncer. Profesionalmente, el mundo del cine ha perdido a un director y productor con una carrera brillante; personalmente, me quedaré siempre con las sensaciones que fue capaz de provocarme con Memorias de África.

Siempre me debato a la hora de elegir mi película favorita entre Memorias de África y El Gran Dictador de Chaplin. Hoy me decanto por la primera como homenaje particular a Pollack.

Syd (como se dice que lo llamaban entre colegas) nos deja como recuerdo multitud de cintas que no tienen desperdicio y que son la mejor demostración de su genio y figura. Lo conocí viendo un día Tal como éramos, donde trabajó con Robert Redford y Barbra Streisand. Ahí me picó el gusanillo y de inmediato me dispuse a ver su aventura africana, película que casi me se de memoria.

Se consagró con un filme que tengo pendiente, Danzad, danzad malditos, rodado en 1969 y con el que fue nominado al Oscar como mejor director. Pollack no se conformaba con poco. Su filmografía está llena de éxitos; unos más reconocidos, otros menos, pero éxitos al fin y al cabo.

El año pasado volvió a estar nominado al Óscar –como en tantas otras ocasiones– con Michael Clayton. Sin embargo, la única estatuilla que de verdad logró adjudicarse fuer por Memorias de África.

Además de director, fue un conocido productor (Cold Mountain o El Paciente Inglés son algumos ejemplos) y reconocido actor (su papel femenino en Tootsie y otros personajes en Michael Clayton, La Intérprete o Eyes Wide Shut lo demuestran).

Aunque prometo seguir recordándolo por sus imágenes de Kenia, me apunto en tareas pendientes ver lo antes posible Tootsie y Danzad, Danzad malditos como poco.

Y tú ¿cuál de sus películas has visto? ¿con cual te quedas?

ESTRELLA SUBLIME: Historia de una insumisión

Últimamente llevo un ritmo más que aceptable de teatro. Ayer nos reunimos Quatermain, Zapat, Juan y yo en la Sala Cero para ver una obra altamente recomendable para quien quiera pasarse una hora riendo a carcajada limpia hasta acabar con cierto dolor de mandíbula.

Esta sala ha decidido recuperar Estrella Sublime de la Compañía Bastarda, una obra con muchos éxitos a sus espaldas. Ha tenido más de 23.500 espectadores y gran éxito, no sólo de público, sino también de crítica. Una historia de humor incensante que mantiene al espectador de carcajada en carcajada durante todo el espectáculo.

Estrella Sublime es una obra puramente cómica, donde la intención no es otra que la risa fácil. Una historia sencilla a la vez que absurda que da pie a sucesivos momentos de carcajadas generales. El argumento es simple.

Lola es una camarera disconforme con lo que la vida le ofrece: pocas oportunidades de mejora, un trabajo en un bar aguantando a borrachos y el despecho de un hombre al que ama que se pasea por delante de sus narices con cualquier fulana. Harta de su situación, clama al cielo para que alguien la ayude.

Y la virgen, María Santísima Inmaculada Concepción del mayor dolor y desamparo de los afligidos, no tiene mejor idea que la de aparecerse delante de la barra del bar. Pero como podría haber sido de esperar, no ha venido para escuchar y aliviar a la pobre camarera, sino para contarle los problemas que tiene y lo harta que está de ser una Virgen.

A partir de ahí, el relato su vida es pura carcajada. Pide que la llamen Macu y se declara Presidenta de la Asociación de Vírgenes Insumisas, asociación que surge entre ella y sus colegas vírgenes (a Dios le dió por investigar en la clonación) que están cansadas de tener que serlo.

Cuenta que está harta de soportar a los parados y estudiantes que le piden milagros; harta de tener que andar siempre en procesión; harta de oler a madera y no tener unas piernas; harta de no tener ropa propia (todo lo que lleva es prestado de la Hermandad); harta de no poder sentir a nadie que la toque (dice no entender por qué los hombres se vuelven locos por tocar a otras mujeres y cuando la ven a ella no hacen otra cosa que no sea llorar a moco tendido);… en definitiva, harta de ser virgen.

Se muestra cansada de tener que repetir su vida año tras año. En diciembre se queda embarazada y sólo unas semanas después da a luz. Con 3 meses, su hijo ya tiene barba y dice cosas raras; y en Semana Santa se lo matan.

Macu sólo quiere convertirse en una mujer normal y le pide a Lola que la ayude a conseguirlo. Lo que no sabemos es si lo conseguirá. Pero lo que está claro es que la conversación de estas dos mujeres entre copas en el bar es digna de ser escuchada.