Mis 3.000 malditos euros

Muchos ya conocen la historia de la compra frustrada de mi apartamento. Ahora, por fin, empiezo a ver el final. El próximo mes se cumplen 2 años desde que intenté supuestamente comprarme un apartamento.

Después de ver muchas opciones, me decidí por uno para reformar a mi antojo. Tras algunas consultas, papeleos con el banco y ver que la operación era viable, entregué una señal de 3.000€ al dueño en concepto de reserva hasta que todo estuviera listo para la firma.

Eso fue en noviembre de 2006. Tras unos 5 meses de papeleo que no me correspondían a mí sino al dueño pero que hice por aligerar las cosas, de idas y venidas al banco, de molestar a unos y otros (el banco, la inmobiliaria, la tasadora y un largo etcétera) el asunto se resolvió con que la propiedad del inmueble no estaba clara y las escrituras de la vivienda correspondían al piso de al lado. Según el notario, era imposible la compra-venta.

No se si el tipo quiso engañarme o realmente desconocía la irregularidad de la propiedad. El caso es que, cuando nos dimos cuenta de esto, se echó atrás, dijo que no vendía y a partir de ahí hizo mutis por el foro y desapareció del mapa.

Fue entonces cuando empezamos con los burofaxes, los requerimientos oficiales y así hasta llegar a la demanda oficial. Ya pasó el mal trago del juicio. Y como esperaba -porque la cosa a cualquiera que se le contara estaba meridianamente clara- le obligaron a devolverme el dinero. El asunto era sencillo: el problema de la vivienda era suyo y, por tanto, si no podía realizar la operación, no tenía otra opción que devolverme mi dinero.

Olvido las horas de cabreo, la impotencia, el tiempo perdido. Ahora me tomo la recuperación del dinero como un regalo. Se que 3.000€ son una insignificancia, pero para mí significan recuperar una pequeña cantidad de dinero que me costó trabajo ahorrar mientras trabajaba el último año de carrera y olvidar las malas intenciones de algunos tipos.

De momento, el viernes se me alegra con 1.500€ más en mi cuenta. Y en 20 días tengo que tener el resto.


PD La próxima vez que me vean, no aprovechen para pedirme que les invite a la cerveza.

PD 2 Tal y como están las cosas, ahora agradezco no haberme comprado aquel apartamento. Con mi alquiler en Los Remedios estoy que me salgo.