Ultimamente parece que estoy aprovechando el filón de noticias que se refieren a dos de los personajillos más curiosos del momento. Estos días he posteado sobre varias cosas que tienen que ver con Hugo Chávez, presidentillo de Venezuela, y Benedicto XVI, Ratzinger para los amigos.
A propósito del primero, he hablado de cómo está convirtiéndose cada vez más en un dictador moderno en toda regla gracias a su decisión de acabar con la libertad de expresión en su país no renovando la licencia de emisión a la RCTV. Sobre el segundo, he tenido posibilidad de seguir todos los aciertos (pocos) y las barbaridades (muchas) que dijo en su viaje a Brasil.
Ahora estos dos tipejos han tenido declaraciones cruzadas en un «one to one» apasionante. Un incalificable latinoamericano contra un incalificable del vaticano.
Después de las estupideces que el Papa dijo en Brasil sobre cómo se había producido la evangelización con la conquista del continen y cómo la Iglesia había purificado a los indios, Chávez le ha exigido que retire estas palabras. A Ratzinger no le ha quedado otra y ha reconocido que la colonización del continente americano a partir del siglo XV, y su evangelización por parte de la iglesia católica que él encabeza, vino acompañada de «sufrimiento» e «injusticias» para los indígenas.
Eso sí, el pontífice no se ha quedado callado y ha contestado la ofensa de Chávez señalando que en América Latina ahora hay motivos de preocupación ante formas de gobierno autoritarias o sujetas a ciertas ideologías que se creían superadas.
