JUSTICIA Y MEMORIA

Ayer se cumplieron 10 años del secuestro y asesinato del concejal del PP en Ermua, Miguel Ángel Blanco. Todavía ayer muchos le seguían recordando y aprovechaban los homenajes para recordar una vez más lo imprescindible de un frente común con el que combatir el terrorismo. Se hablaba de justicia, memoria, lucha, dignidad.

Recuerdo que muchos -o por lo menos yo- vivimos el secuestro y asesinato de Miguel Ángel casi como una agonía personal. Tenía 14 años y me acuerdo de cómo me pasé todo la tarde en que se cumplía el plazo dado por los terroristas delante del televisor escuchando cada noticia que daban los especiales informativos. Hasta que nos dijeron que había sido asesinado. En aquel momento, no comprendí nada. Y hoy, 10 años después, sigo sin entender cómo se puede actuar con tanta sangre fría.

La banda terrorista ETA lo secuestró como estrategia para exigir al gobierno de José María Aznar el acercamiento de presos al País Vasco. El plazo para la liberación era de 48 horas. El gobierno actuó como era de esperar, con mano firme, y no cedió al chantaje.

Además, la sociedad española esos días creo que tuvo un comportamiento ejemplar con movilizaciones unánimes contra el terrorismo. Al menos, podemos quedarnos con eso y con el «BASTA YA».

ME ABURRO

No es que esté aburrida, pero me he acordado esta mañana de un poema de Rafael Alberti que siempre me hace reir.

Me aburro.
Me aburro.
Me aburro.
¡Cómo en Roma me aburro!
Más que nunca me aburro.
Estoy muy aburrido.
¡Qué aburrido estoy!
Quiero decir de todas las maneras
lo aburrido que estoy.
Todos ven en mi cara mi gran aburrimiento.Innegable, señor.
Es indisimulable.
¿Está usted aburrido?
Me parece que está usted aburrido.
Dígame, ¿adónde va tan aburrido?
¿Que usted va a las iglesias con ese aburrimiento?
No es posible, señor; que vaya a las iglesias
con ese aburrimiento.
¿Que a los museos -dice- siendo tan aburrido?
¿Quién no siente en mi andar lo aburrido que estoy?
¡Qué aire de aburrimiento!
A la legua se ve su gran aburrimiento.
Mi gran aburrimiento.
Lo aburrido que estoy.
Y sin embargo… ¡Oooh!
He pisado una caca…
Acabo de pisar -¡Santo Dios!- una caca…
Dicen que trae suerte el pisar una caca…
Que trae mucha suerte el pisar una caca…
¿Suerte, señores, suerte?
¿La suerte… la… la suerte?
Estoy pegado al suelo.
No puedo caminar.
Ahora sí que ya nunca volveré a caminar.
Me aburro, ay, me aburro.
Más que nunca me aburro.
Muero de aburrimiento.
No hablo más…

Me morí..