75 AÑOS DE QUINO Y OTROS TANTOS DE MAFALDA…

Joaquín Salvador Quino cumple ya los 75 años. Hijo de republicanos andaluces emigrados a Argentina en 1919, se ha dedicado desde siempre al humor gráfico y a mí personalmente me ha hecho reír más que nadie con las tiras de Mafalda.

Recuerdo que cogía medio a escondidas los libritos de colores de la colección de mi madre cuando no era más que una renacuaja que acababa de aprender a leer. A mediodía en verano, cuando me obligaban a dormir la siesta (una excusa para que mis primos y yo dejáramos en paz a nuestros padres durante un ratito), aprovechaba para leer las tiras (siempre que conseguía subir un poco al rendija de la persiana sin que mi madre lo escuchara y viniese a darme algún tortazo en el culo por mal comportamiento….).

Ahí empezó mi afición por Mafalda y todavía hoy continúa. Disfruto de sus ironías, de su humor negro, de sus borderías, de su personalidad de niña sabionda (a veces, incluso repelente), de sus críticas…. En resumen, del humor inteligente de Quino.

Y me encantan algunas de sus míticas frases como la que da nombre a mi blog y otras como «¿por dónde hay que empujar a este país para que vaya adelante?»; «En este mundo cada quien tiene su gran o pequeña preocupación»; «Todos creemos en el país; lo que no se sabe es si a estas alturas el país cree en nosotros»; «Como siempre, lo urgente no deja tiempo para lo importante»; «Más que planeta, éste es un conventillo espacial»…..

Además, tenemos a sus ocurrentes compañeros de viñetas. La descarada Libertad, a quien revienta el egoísmo y la injusticia, el capitalista torpe de Manolito, la maruja sin aspiraciones de Susanita, el ingenuo Miguelito, el imaginativo y poco voluntarioso Felipe, el inocente Guille y hasta una tortuga llamada Burocracia.

Como diría Mafalda «¡Qué quieren que les diga! Pero a mí esto me encanta».

LIMPIANDO LA CONCIENCIA

La archidiócesis de Los Ángeles pagará una cifra récord para evitar un juicio por abusos sexuales. De los 5.000 sacerdotes que ejercieron en esta archidiócesis entre 1930 y 2003, 113 han sido acusados de abusos.

El cardenal Roger Mahony ha pedido perdón públicamente a las víctimas por los abusos sexuales infantiles de los sacerdotes y ha dicho que esto es algo que nunca debió pasar. Han llegado a un acuerdo por el que deberán abonar 660 millones de dólares, una cifra récord en la historia de la Iglesia Católica en el país.

Cada víctima recibirá entre 1.2 y 1.3 millones de dólares. Sin embargo, ni las palabras de Roger ni el dinero conseguirán borrar lo sucedido a pesar de que esto sea lo que desearía Mahony. Para poder hacer frente a los pagos, la Iglesia deberá vender edificios, utilizar fondos de inversión que posee y pedir algunos préstamos.

Pero prefieren hacerlo así a enfrentarse a la vergüenza pública que supone un juicio. Así evitan el juicio y la permanencia del asunto en los medios de comunicación.

Otro blog que habla de esto, Saco sin Fondo.