El éxito ya no es una oficina con vistas

Desde que he vuelto a trabajar y a verme inmersa en un proyecto que me apasiona, pienso más en los que no trabajan de lo que lo hacía cuando yo era una de ellos. Quizás antes no lo hacía por miedo o porque sencillamente no tenía la capacidad de separarme de una situación propia y verla con perspectiva.

Ahora pienso en toda la gente brillante que conozco que están en trabajos que se le quedan pequeños o directamente no tienen ningún trabajo en el que aplicar y compartir todo lo que saben. Al mismo tiempo, pienso cabreada en la insultante cantidad de gente inepta, estúpida e inútil que ocupa puestos de importancia sin conocimientos, experiencia ni cualificación, impidiendo que las empresas o instituciones en las que están avancen y mejoren porque no tienen ni la más remota idea de cómo hacerlo, y teniendo únicamente claro que no pueden dejar pasar a aquellos que sí saben por temor a que pongan su tontura en evidencia.

Lo peor es que esto no se va a arreglar en España. Porque seguimos colocando al que conocemos en lugar de al que lo merece. Y así estamos. Con despachos con vistas llenos de gente que no saben ni siquiera en qué sentido está avanzando el mundo y se agarran al sillón.

Y entonces pienso en que el éxito ya no es una oficina con vistas. Es más que eso para algunos que trabajan desde casa con un portátil e intentan comerse el mundo mientras otros lo miran desde su ventana de la última planta sin entender de qué va la historia.

Oficina con vistas

 

 

Películas para conocer Irlanda (VII): Mi pie izquierdo

Hace justo un año conocí por primera vez el trabajo de Daniel Day-Lewis. Estaba pasando mis primeras semanas en Irlanda y me empapaba cada semana de una película para conocer la historia y cultura del país, de donde salió la idea de esta línea de posts en el blog. Fue viendo ‘En el nombre del padre‘ después de haber ido a visitar Kilmainhaim.

Me pareció un actor impresionante y un amigo me recomendó ver cómo actuaba en ‘Mi pie izquierdo‘. Se llevó su primer Óscar a mejor actor con todo el mérito posible. Cuenta la historia de un pintor, poeta y escritor irlandés, Christy Brown, que tiene que sobrevivir con parálisis cerebral en medio de la Irlanda pobre. No sólo sobrevive, sino que cuenta y pinta aquella Irlanda con su pie izquierdo. Vedla y contadme.