Me ha costado reponerme a la vuelta después de 4 maravillosos días en Berlín. La boda de Rosa era la excusa perfecta para reunirnos allí y aprovechar el resto de días para visitar la ciudad. Rous, esa parte te la dejo a tí para que la cuentes desde lo personal…. jejejeje.
Pensé que la ciudad iba a gustarme y me apetecía enormemente el plan de pasar unos días con Nata, Irene y Rosa. Al resto de mis rhumanas las echamos de menos, pero no pudo ser que viniesen todas. Ahora puedo decir que Berlín no sólo me ha gustado, sino que me ha encantado y pienso volver tarde o temprano. Es una ciudad fascinante, preciosa y con una historia muy interesante. Supongo que es el conjunto lo que la hace tan especial.La primera noche no pudimos resistirnos a conocer la noche berlinesa. Tras una copiosa cena preparada por Rosa (con el asesoramiento de Nata calculando la cantidad de pasta necesaria), no nos quedó otra que esperar a Irene bebiéndonos una botella de Ron. Fue la mejor manera de matar el tiempo. Cuando la recibimos, apuramos y nos fuimos de bares. Ahí empezó la noche de cerveza, cerveza, cerveza…
Nos rodeamos de personajes cuando menos curiosos y por supuesto fuimos el centro de todas las miradas en el Kaffe Burguer. Sólo diré que acabamos la noche cantando por la calle a todo pulmón (algo bastante llamativo teniendo en cuenta que en esa ciudad la gente habla susurrando), bailando y llamando a Laura que estaba en Bruselas para deleitarla con nuestros dulces timbres de voz.
Al día siguiente, la resaca se apoderó de todas con excepción de una servidora, que está más curtida en esto del alcohol. Nos levantamos a mediodía y llegamos justas al Brunch en un italiano. Nos hartamos de comer y después paseamos por Prenzlauer y Mitte. De ahí a Oranienburger Strasse y la zona de Hackesche Markt. Nos quedamos con las ganas de cenar en un judío (Kalima), pero nuestros resacosos cuerpos no daban más de sí. Compramos fruta, yogurt y volvimos a casa de Rosa.
El domingo Rosa nos había organizado una visita a un bunker civil en Gesundbrunner. Creo que no me equivoco si digo que aprendimos mucho en esa visita y que fue más que interesante (a la par que “riesgoso”, eso sí). Después nos comimos un kebab libanés riquísimo y seguimos con las visitas.
Reichstag, Bundestag y Tiergarten. Por la noche, más comida en un indio en el barrio de Kreuzberg, si no me equivoco en la calle Berggman Strasse.
El lunes nos arriesgamos a pesar de la lluvia y fuimos a Postdam. Después de calarnos y probar una Curry Wurst, fuimos al palacio de Sanssouci. Nos mojamos bastante, pero mereció la pena.
Por la tarde volvimos y nos paseamos por Charlottenburg. Vimos la iglesia rota y el palacio. Y de nuevo, a comer. Esta vez en el Panasia. Riquísimo.
El último día lo aprovechamos con un tour por la zona más céntrica. Empezamos en la puerta de Brandenburgo, el monumento a los judíos asesinados, muro de Berlín, Checkpoint Charlie, Plaza Bebel, Unter den Linde, Isla de los museos…..
Para rematar, vimos el museo judío y nos volvimos a casa. La noche la aprovechamos para rajar con Rosa sin parar. Dormimos poco y tempranito volvimos al aeropuerto.
En resumen, en este viaje hemos tenido de todo. Risas, comidas, visitas, comidas, lluvia, comidas, sol, comidas, diversión, comidas, conversaciones, comidas, momentos de reflexión, comidas, aprendizaje, comidas, ….. pero sobre todo, he disfrutado del relax, la compañía y las largas conversaciones.
PD Espero que viajes como estos se repitan más a menudo. Pido perdón anticipado por todo aquello de lo que me haya olvidado, los nombres que haya escrito mal….. He evitado poner las fotos más patéticas; no obstante, si alquien quiere verlas, puede hacerme una petición y valoraré la propuesta….