Me arriesgo a quedar como una auténtica paleta, pero hasta hoy no puedo decir que empiezo a enterarme de todas las herramientas de uso de los blogueros. Tenía pendiente la asignatura de saber de qué van los feeds, rss, agregadores… Creo que más o menos lo he conseguido. Eso sí, ha sido fundamental la ayuda de Sergio. Gracias!
MI DESEO PARA NAVIDAD…
Este año tengo claro cuál va a ser mi deseo para navidad. Llevo bastante tiempo deseándolo, pero creo que hasta ahora no empieza a convertirse en algo urgente mi necesidad de vivir sola.
Ya llevo un año en Sevilla y sueño con poder tener mi espacio, mis horarios, mi limpieza o mi suciedad, mi orden y mi desorden…. En fin, todas esas cosas que uno aprende a apreciar cuando tiene que convivir con gente con quien no casa demasiado.
¿A qué viene esto? Ahora lo entenderán. En tan sólo 6 meses, viví con dos personajes. Primero con un tipejo que resultó ser un ladrón y después con una individua que tenía la profesión más antigua del mundo. Tras esos dos baches, me mudé a vivir (gracias a Silvia) con 3 chicas «normales», simpáticas, currantes…
Todo iba genial hasta que una de ellas se marchó de Sevilla y tuvimos que buscarle sustituta. Vino una compañera del banco de Ana (una de las originales inquilinas). En principio, parecía buena chica. Al final, ha resultado ser un «polluelo» recién salido de su huevo y que todavía no sabe bien cómo se vive en el mundo real donde no existen las madres-que-lo-hacen-todo.
La señorita no sabe ni hacer la O con un canuto. Y no exagero. A mí, que sea una inútil me da un poco igual. Pero creo que a veces pone en riesgo nuestra vida.
Para muestra, varios botones. Un día nos dijo que si era normal que cuando calentaba algo en el microondas, salieran como «rayos y truenos» (cita literal); claro, no sabía que el papel de aluminio no se puede meter dentro. El bebé no sabe encender la cocina de gas, pero esto no es lo más grave. Lo peor es que los primeros días dejaba el gas abierto mientras se daba un paseito hasta nuestras habitaciones con el mechero en la mano para pedirnos que se la encendiéramos. Todo esto sin contar que se acuesta y deja las luces encendidas, el radiador puesto o que pone el despertador a las 6.30 de la mañana cada 15 minutos hasta las 7.45 que salta de la cama….
Yo, con mi suerte, tengo que compartir cuarto de baño con ella. La cronometramos por la noche mientras se ducha. Nunca tarda menos de 40 minutos con el grifo abierto. Y lo mejor es que después cuando te ve fregando, te suelta un «cierra el grifo al enjabonar, que yo no puedo ver desperdiciar tanta agua» .
Eso sí, he empezado a desarrollar mi poca vergüenza para lanzarle indirectas. Por ejemplo, que queremos que friegue un poco, pues le apilamos todo lo que tiene esparcido por la cocina en el fregadero. Que quiero que retire del cuarto de baño sus pelitos, pues le dejo la escoba en la puerta. Que quiero que quite de la percha del baño la ropa que acumula durante una semana, pues le doy un empujoncito a la puerta (sin querer, e?) para que se caiga al suelo.
Perdonadme por este post tan estúpido y de escaso interés. Necesitaba desahogarme. Y ya de paso, dejo constancia de lo que pasa en mi hogar, por si algún día no podemos contarlo….