Esta mañana he entrado al mundo por la puerta trasera. Cuando ha sonado el despertador, inmediatamente ha venido a mi cabeza… «Suenan cohetes en el cielo, mi hermandad ya va a salir..».
Automáticamente algo se ha activado en mí y me he puesto a pensar en cada uno de los movimientos que estarían haciendo todos los que van al Rocío y que salen de Valverde dentro de nada. Quitarse las legañas, vestirse, ponerse la flor, recoger las últimas cosas, misa de romeros, buscar a los suyos…. Y después de eso, comenzar el tan esperado camino.
He sentido pena, tristeza y envidia (sana, eso sí). Un año más no puedo ir. Me quedo en tierra. Creo que dentro de poco podré disfrutar de esta romería desde el principio hasta el final. Hasta que no sea así, prefiero quedarme.
De momento, esperaré. Para los que van, que lo pasen bien y disfruten por todos. Para los que nos quedamos, resignación y a esperar otro año.
Pasaré la mañana intentando taparme los oídos. Creo que es tarea difícil porque desde bien temprano he empezado a escuchar los cohetes de Macarena y El Cerro y me he cruzado con alguna que otra gitana. Y de cualquier modo, los oídos no me impedirán acordarme de los de Valverde.
Pero bueno, si hoy entramos por la puerta trasera, seguro que mañana entramos por la de delante con los ojos bien abiertos.