Dentro de que le tengo poca estima a la Iglesia como institución en general, hay algunos de sus representates que me generan simpatías por diversas razones.
Uno de ellos es Carlos Amigo, cardenal arzobispo de Sevilla. Ayer hizo unas declaraciones con motivo del juicio de Jiménez Losantos contra Alberto Ruiz Gallardón que creo encierran mucha verdad.
Amigo dice que el ideario de la Cope es «un dolor de cabeza permanente para la Conferencia Episcopal» y que ésta ha vivido una «disparidad de opiniones» al afrontar la renovación de Federico Jiménez Losantos.