CHUCHO VALDÉS, UN GENIO IMPROVISANDO

Ser buen músico es difícil. Requiere ensayos, técnica, gusto en la interpretación…, pero admiro especialmente a los músicos que saben improvisar y dejarte con la boca abierta. Reconozco que no escucho Jazz tanto como debería -probablemente por la falta de conocimiento que no termino de suplir con la eterna promesa de un amigo de ponerme al día- y que es un tipo de música que sólo se escuchar en pequeñas dosis, pero es el mejor estilo para descubrir a un buen improvisador.

Hace algunos años que fui a un concierto de Chucho Valdés con una amiga en Madrid. Me había hablado de él, pero confieso que nunca lo había escuchado. Me fascinó. Recuerdo que al día siguiente me puse a buscar su música. Si tuviera que elegir alguno de sus trabajos, creo que me quedaría con Solo Piano o Fantasía Cubana. Es fácil que se imaginen por qué.

Hijo de otro gran pianista, Bebo Valdés, se ha hecho un buen hueco entre los intérpretes de jazz y reconoce que al improvisar, hay que jugársela. Supongo que lo dice llenándose la boca porque sabe que es su punto fuerte.

EL RINCONCILLO

Éste es uno de los sitios que me han descubierto desde que vivo en Sevilla. Un sitio con encanto y donde sirven la cruzcampo de manera fabulosa. Que conste que no me llevo comisión ni me invitan a comer porque hable de ellos.

Hoy andaba curioseando por el blog de Zelestina (que acabo de descubrir fue compañera de facultad junto con otro bloguero a quien recuerdo sentado en la última fila de clase jugando) y me tropecé con esta foto suya.

Como todo sitio peculiar, tenía que tener algo diferente. En este caso, cartel de «Prohibido el cante». ¿De verdad le hacen caso?

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