PERDONEN QUE NO ME LEVANTE

Estoy agotada. Últimamente no paro ni un minuto en el trabajo entre unas cosas y otras. En realidad, me alegro de que sea así pero como consecuencia acabo todos los días verdaderamente agotada.

Además, soy incapaz de sacar algo de tiempo para postear. Afortunadamente, esta semana llega el ADSL a casa, así que podré postear y estar al día. Recuperaré las rutinas con la llegada del otoño: trabajo, gimnasio, cena, posteo, serie de rigor (ahora estamos con Prison Break) y a dormir.

Mientras tanto, por favor, no me lo tengan en cuenta. Eso sí, continúo haciendo de las mías con los videos de La Mirilla.

ESTÁ DE LUJO

Hoy estoy feliz. Ya ayer por la tarde presentía que esto pasaría. Salí a la calle después de una atareada jornada de trabajo y me recibió una tarde de lluvia otoñal de esas que me encantan por mojarme los dedos que sobresalen de las sandalias. Me gustó empaparme y, sobre todo, oler.

Esta mañana, nada más abrir los ojos, se me dibujó una sonrisa gigante en la cara. Me levanté tapada por el frío de la noche y, mientras desayunaba, pensé que ya era hora de volver a ponerme algún pantalón largo.

Lo mejor estaba por llegar. Hace 3 meses que abandoné la dura experiencia de los pisos compartidos con extraños y me instalé en un nidito fraternal con mi hermano en Los Remedios. Desde entonces, vengo al trabajo en bicicleta y me encanta.

Lo mejor del día hoy ha sido salir de casa con fresquito, coger la bici, colocarme los cascos con buena música y atravesar el puente. Que me reciban todas las mañanas el frescor del río y la Torre del Oro al fondo está, simplemente, de lujo.