Que internet es una enorme ventana abierta al mundo es algo indiscutible. Pone infinidad de cosas a nuestro alcance y nos ha cambiado (al menos a mí) muchos hábitos.
Pero, especialmente para niños, es una herramienta con muchos peligros. Veo en La Tejedora un post de Ícaro que me gusta especialmente. El Ministerio de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia de Francia ha puesto en marcha una campaña para alertar a los padres de la necesidad de controlar lo que sus hijos ven por la red.
Imagino que muchos de vosotros ya conocéis el proyecto de Malviviendo. Hasta ayer no saqué un hueco para ver el primer capítulo de esta serie lanzada con un presupuesto de tan sólo 40€ y para internet. Un proyecto lleno de imaginación y genialidad más que de recursos.
Este proyecto se gestó «durante una charla entre amigos, pero como tantas que llegan y se olvidan. Sin embargo, la situación nos llevó a retomar el tema y a aprovechar el tiempo libre forzoso que todos teníamos».
Nos cuentan la historia deEl Negro(un mal estudiante metido a gorrilla) y sus amigos: un camello de alto virtuosismo y un cleptómano narcoléptico. El mejor momento: las lecciones de «gorrismo» a cargo del «Baryshnikov de la palmera».
Confiesan en su web que son de los que creen que el hambre agudiza el ingenio, y después de ver el primer capítulo, lo creo a pie juntillas.