No voy a descubrir nada nuevo. Lo anuncio desde el principio. Pero espero recordar un par de cosas sobre esta profesión que no por haberse convertido en malditamente usuales deben dejar de sorprendernos ni ser denunciadas.
El Sindicato de Periodistas de Madrid denuncia que el grupo Unidad Editorial tiene 90 becarios haciendo trabajo ilegal después de despedir a 164 personas.
Después de haber despedido a 164 personas, la empresa ha decidido que muchos becarios pueden realizar el mismo trabajo que los redactores –sobre todo, en internet–, aunque no tengan ninguna experiencia profesional, y les ha prorrogado los tres meses de prácticas de verano hasta que completen ¡UN AÑO! En esas condiciones hay casi 90 estudiantes. Sólo en la redacción de EL MUNDO y EL MUNDO.es trabajan como redactores 30 becarios.
En esta ocasión, le ha tocado la noticia a este grupo pero lo tristemente cierto es que esta situación se repite en demasiadas redacciones repartidas por todo el país. Tenemos un periodismo precario, si no me creen vean el Informe Anual de la Profesión Periodística 2009. El problema es que han logrado convencer a los estudiantes de que ser becario durante un mínimo de 2 años por un sueldo ridículo (todavía recuerdo a una compañera de facultad que trabajó durante meses a cambio de que le pagaran el bonobús en Madrid) o incluso inexistente es un paso obligado para empezar a ganarse la vida.
Cierto es que es un paso previo que puede ser bueno y necesario, pero que debe tener su plazo acotado a unos meses (de 3 a 6 me parece razonable) y que no puede prolongarse más allá de eso.
Personalmente, creo que he tenido suerte. Aunque he trabajado por sueldos muy bajos al principio, nunca he tenido que pasar por un período de esos interminables de prácticas. Pero también se que soy una de esas excepciones con suerte.
Ahora incluso empiezo a observar algo que me preocupa más. Compañeros de profesión del círculo cercano a los que sus jefes les proponen (en medios y en gabinetes de comunicación) despedirlos, que cobren el paro, pero que sigan trabajando las mismas horas ilegalmente a cambio de que ellos les igualen la diferencia hasta su sueldo anterior en «negro».
Actualización 13:02. De estos, algunos aceptaron y se encuentran trabajando cobrando en dinero sucio, pero «hay que sobrevivir» me dicen. Los que no aceptaron, están en el paro o en un sitio nuevo.
Ya lo avisé al principio. No iba a descubrir nada nuevo, sólo a recordar algunos de los sinsabores y males de esta maravillosa profesión.