La estrategia de la puerta de atrás no fue una buena opción. La ley la tumbaron en el Congreso y a Ángeles González Sinde la dejaron sola. El PSOE se quedó con el culo al aire con esta disposición que pretenden colar ahora en el Senado. Tras los últimos intentos desesperados por conseguir apoyos, el fracaso no podía hacerse esperar.
Sabemos que es importante terminar de pisar esta ley antidescargas. Ya hemos explicado por qué. No podemos dejar que nos censuren la red, que otros decidan por nosotros a qué contenidos podemos acceder y a cuáles no. La #leysinde son mentiras del gobierno. Muchas mentiras, demasiadas mentiras.
Para los que todavía no lo tengan claro, en Error500 han hecho una selección de diez enlaces con los que aclararse. Ninguno tiene desperdicio:
- Desmontando paso a paso la Ley Sinde, por Antonio Delgado.
- El Estado no es tu amigo pero, ¿es tu enemigo?. Por Luis Rull.
- Saliendo del tiesto: una movilización rara para una causa ¿mal planteada? Por Gonzalo Martín.
- Contra Internet y la soberanía nacional. Contra la Democracia y la Libertad. En Nación Red.
- Enrique Dans: La Ley Sinde, por la puerta de atrás.
- eConectados sobre ley Sinde y las webs de enlaces.
- El próximo Google no se creará en España: efectos colaterales de la ley Sinde. En Error500.
- Victor Ruiz y su triología «Wikileaks y Ley Sinde».
- La Ley de Ejecución por la Sospecha. Por David de Maeztu.
- Propiedad Intelectual, Administración Pública, Audiencia Nacional, Páginas de enlaces y otros esperpentos. Por Andy Ramos.
A pesar de la alegría que a casi todos nos invadió ayer por la noche, todavía esta batalla no está ganada. Ayer la diferencia de votos fue muy poca, 20 votos en contra frente a 18 a favor. Ahora toca conseguir que las cosas no cambien en el Senado.
Por eso es importante recordar que hay que continuar en esta lucha. Me han gustado las palabras que en este sentido ha dejado en su blog Mangas Verdes:
Pero, al tiempo de la celebración, es también momento para la advertencia contra la euforia desmedida: los promotores de la ‘ley Sinde’ lo volverán a intentar, como ya se intentó en ocasiones pretéritas. Y ante esto no cabe otra que mantener las posiciones e incrementar las tareas de concienciación de políticos, partidos y sociedad civil. Los dos primeros, porque son ellos los que definitivamente votan las leyes; la segunda, porque sólo su presión puede influir en estas votaciones.
Por eso, resulta vital que reivindiquemos el inicio de un proceso de adaptación de las leyes de propiedad intelectual a los tiempos que corren, armonizando en todo lo posible los derechos de los creadores con los de los ciudadanos, pero teniendo como norte que ningún derecho particular puede estar por encima del derecho general y de las garantías constitucionales. Ése es el auténtico reto y ése debe ser nuestro gran objetivo.
Como digo, felicidades a todos porque esto es obra de muchos, miles,… quizá millones. La ‘ley Sinde’ ha muerto. Y ciertamente, creo que son muy pocos los que llorarán por ella.
Foto de Ángel Rodríguez Rey
Esa es la cura que proponen últimamente para todo, prohibir. En lugar de educar a los niños desde pequeños para que sean conscientes de que no todo vale por la Red.
En lugar de crear leyes coherentes para poner fin a la piratería en serie al alcance de todos, en lugar de crear un Ministerio u oranizaciones con competencia y formación para velar por los derechos constitucionales en Internet, en lugar de preservar la seguridad de las personas y la intimidad en las redes sociales… en lugar de todo eso es más fácil, barato y beneficioso para los que llegan a la élite política nacional prohibir y castigar con cierres y sanciones.
Pero hay que ser concientes de que como está el patio hoy día algo hay que hacer. No puede ser que ABSOLUTAMENTE TODO se puede piratear por Internet sin a penas conocimientos informáticos. Y lo digo yo que hace varios años que no compro un disco y que uso una decena de softwares descargados ilegalmente.
Ése es el tema. Por lo que hay que apostar no es por la cultura del "todo gratis", sino porque las industrias se adapten a las nuevas formas de distribución que permite la tecnología.
El problema es que eso indudablemente hace que muchos intermediarios dejen de ser necesarios, y su modelo de negocio se les desmonta.
A eso me refería yo en lo del coste de la globalización. Tal vez pensarían algunos que nunca iba a tocarles hasta que han visto que no pintan nada.