Eh tú … ¡YO NO SOY TONTO!

Debo empezar confesando que llevo toda la tarde sentada delante de la caja tonta. Descansar la mediodía del viernes tirada en el sofá es uno de los lujos semanales que intento permitirme. Imagino que por deformación profesional casi nunca suelo zappear durante los anuncios porque me interesa curiosear las campañas de cada marca.

Pero esta tarde me he empezado a poner muy nerviosa. En septiembre, sentada delante del televisor, me entran ganas de soltar una de esas frases condenatorias: «Yo no soy tonto«. Y tranquilos ¡no voy a hablar de Media Markt!

Vale que septiembre es el mes de los retos, las buenas intenciones, los propósitos de mejora, la depresión postvacacional, la vuelta al cole… Pero ahora además se ha convertido en el mes de Planeta de Agostini y Altaya.

Llega septiembre y deben pensar que con la vuelta a la rutina la gente se aburre tanto como para coleccionar todo tipo de tonterías. ¿Consecuencia? Cantidad de anuncios acribillándote sobre lo curioso que es montarte tu propia casa de muñecas o lo interesante que sería poder tener en tu vitrina una colección de los carros de combate de las guerras más relevantes en miniatura.

Y yo me pregunto ¿de verdad a alguien le interesa eso? Puedo llegar a entender que a alguien le guste tener una colección de las mejores películas de Clint Eastwood, reportajes sobre Historia de España o incluso todas las temporadas de míticas series como el Equipo A.

Pero que, por favor, alguien me explique el encanto de tener 100 dedales de porcelana, 100 abanicos pintados a mano o 100 relojes antiguos de colección. Eso sí, estos tipos no ganan para ideas. Ya hay por ahí quien se debate esta temporada entre tres opciones: «rosarios de colección«, «placas de policía» o «mil ideas de ganchillo«).

De momento, he resistido la tentación. Pero prometo que si alguna vez me da por esto, me quedo con uno de los grandes: Cultivo mi propio huerto.

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4 comentarios

  1. En primer lugar, felicitarte por tu página web, la cual me ha gustado mucho y me he dado cuenta que tengo que enlazar en mi blog.

    En segundo lugar, debo confesarte que esta misma entrada que has publicado he pensado realizarla en más de una ocasión, pero sobre todo la idea siempre me ha llegado a finales de agosto pues, como bien dices, parece que el ser humano, bien por naturaleza bien porque necesita superar el síndrome posvacacional, necesita coleccionar cosas, pero en su mayoría coleccionar cosas en septiembre.

    Los ejemplos que pones son muy buenos, me quedo con los dedales o los rosarios, increíble éste último. Aún así, creo que todavía quedan por llegar algunos más curiosos.

    Enhorabuena por la página. Me he permitido la licencia de agregarte a mi blog.

    Un abrazo.

  2. Creo que la historia de todo esto es que las primeras entregas salen muy baratas; así, te compras yo no se cuantos minerales a 1 euro en plan gutierrezqueteveo»pero cuando llevas un mes coleccionado, te suben el precio y encima te enteras que te quedan 50 entregas a 10 euros cada una… es decir, ahí es donde te la meten doblada….

    Total, hasta que te das cuenta del engaño al menos ellos sacan un beneficio que luego, si cuela y te empeñas en terminar la colección, ya ni te digo…

    Yo una vez iba a empezar un barco, pero tras pillar casi gratis la primera entrega, me salía mas barato alquila un yate que coleccionar el dichoso barco para meterlo en una botella…. no te digo mas…

    Saludos.

  3. • Pues la verdad es que yo este año veo menos coleccionables que otros, o será que zapeo mucho en los anuncios. Recuerdo que hace unos años sacaron uno que me superó por completo, mini-soperas de colección; y lo mejor era el anuncio en el que una abuela se descolgaba a lo Misión Imposible, imagino que para robar dicha colección porque su pensión no le daba para más…
    • De todas formas, siempre me he preguntado si de verdad creen que esto es rentable, ya que la mayoría de personas que conozco, no llegan mas lejos del tercer fascículo…

    Kisses

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