No soy supersticiosa, que quede claro. Es más, siempre me ha hecho gracia lo de «Martes 13: ni te cases ni te embarques«. Pero hoy estoy teniendo un mal día. No creo que sea por la fecha, pero puesta a quejarme lo haré también por la coincidencia del calendario.
Una larga mañana de reuniones, marrones que me caen encima, trabajo acumulado encima de la mesa, cosas nuevas que entrar con muchíiiiiiiiiisima urgencia… La historia de siempre. El resto de días no suelo quejarme mucho; total ¿para qué? Pero hoy aprovechando que me coincide con ser martes 13, me desahogo. Me cago en el martes 13.
Y digo yo… ¿de dónde viene eso del martes 13? Sigo sin creérmelo, pero por si a alguien le interesa…
Las leyendas nórdicas hablan de 13 espíritus del mal; la venida del Anticristo y la Bestia aparecen en el capítulo 13 del Apocalipsis; en el Tarot, este número hace referencia a la muerte, y en la Última Cena de Jesucristo, después de la cual fue crucificado, los discípulos eran trece.
El día Martes no se queda atrás. «Marte», según la mitología griega, es el Dios de la guerra, por lo cual este día está regido por el planeta rojo, el de la destrucción, la sangre y la violencia. Además, la leyenda dice que un día martes 13 se produjo la confusión de lenguas en la Torre de Babel…
En resumen, al martes 13 ni caso. Y a mí hoy, tampoco me hagan caso. Ni siquiera soy capaz de escribir un post decente.
Eres una artista Ana, Manule el fotógrafo dice que todo en esta vida son las casualidades y no en las supertisciones. Estoy escuchando una cacnión muy bonita que versiona Rosario Flores en su nuevo disco:
Ella me quiso tanto…
yo aún sigo enamorado.
Juntos atravesamos
nostalgias del pasado.
Ella, cómo os diría…
era mi luz y mi razón,
cuando en la lumbre ardían
sólo palabras de amor…
Palabras de amor sencillas y tiernas.
que echamos al vuelo por primera vez,
apenas tuvimos tiempo de aprenderlas
recién despertábamos de la niñez.
Nos bastaban esas tres frases hechas
que entonaba aquel trasnochado galán
de historias de amor, sueños de poetas,
a los quince años no se saben más
Por supuesto de Serrat, Palabras de amor
«Ella, dónde andará,
tal vez aún me recuerda.
Un día se marchó
y jamás volví a verla.
Pero, cuando oscurece,
lejos, se escucha una canción,
vieja música que acuna,
viejas palabras de amor…
Palabras de amor, sencillas y tiernas,
que echamos al vuelo por primera vez.
Apenas tuvimos tiempo de aprenderlas,
recién despertábamos de la niñez (…)»
¡Grande Serrat, Juan!
Nada, al final entre vosotros y serrat me habéis alegrado el día… Sin duda, de Serrat me quedo con «Aquellas pequeñas cosas» y «Esos locos bajitos». Soy típica, lo se.