Hoy he vuelto a repetir el ritual de cada mañana. A las 7:00 suena el despertador, al que hago trabajar durante 20 minutos repitiendo esa alarma que me recuerda que me tengo que levantar ¡ya! Tras los 20 minutos que necesito para espabilarme, logro incorporarme y arrastrarme literalmente hasta una ducha que consiga de una …