Hace poco más de un año que estuve en Berlín. Me enamoré de una ciudad cuyo principal encanto es que la historia reciente se vive en cada rincón. Desde entonces, es uno de los sitios que recomiendo con entusiasmo para una escapada de unos pocos días.
Es un lujo pasear por algunos lugares como Unter den Linde, la isla de los museos, el tiergarten, el checkpoint Charlie, Alexander Platz, la puerta de Brandemburgo, Postdamer Platz, el Reichstag, … y aprender sobre un interesante capítulo de nuestra historia.
Una de las cosas que más presente está en la ciudad es el Muro de Berlín, un telón de acero que separó las dos alemanias durante demasiados años. Durante 28 años fue testigo de la separación de familias, la ciudad, el país y el mundo por el enfrentamiento tras el tratado de paz de la IIGuerra Mundial de la Unión Soviética y el bloque de la OTAN, el comunismo y el capitalismo.
Después de la caída del muro, un buen número de artistas se dedicaron a celebrar con pinturas el fin de la separación. Una de las franjas mejor conservadas y que se puede ver en la calle es la East Side Gallery -en el viejo Berlín oriental-, más de 1 kilómetro de muro con pinturas muy conocidas.
Una de las más sonadas es el beso fraternal. Una imagen en la que vemos besándose a Brezner – presidente del Soviet Supremo- y Honecker -líder de la alemania del este-.
Los años y la gente las han estropeado y ahora empiezan trabajos de recuperación. De los 118 artistas que las pintaron en 1990, 5 han muerto, pero el resto van a restaurar su obra para que siga quedando en el recuerdo de esta ciudad.
Se espera que el trabajo esté terminado el 9 de noviembre de 2009, vigésimo aniversario de la caída del telón de acero.
Fotografía: El país
En uno de ésos interminables veranos del Bumda, un chipicharpa, se granjeo la sonrisa de una chica de Münich, que le llevaba cuarta y media de tamaño. Pero cuarta y media por todos lados, era para entendernos, otra escala.
Pues bien, ambos sinpatizaban con los movimientos artísticos, cada uno en su lugar claro, ella en alemania y él, en el andevalo.
En suficiente ingles como para ponerse de acuerdo, para hacer unas manitas y lo que fuera necesario, el prenda, y una vez que la conversación deriva en el plano arte-pop. Le espeta a la otra, que si lo veías de lejos, ella era tres veces el tamaño de él. Que el muro le parecia algo muy bello, que es algo que puedes decir ahora, pero en 1987, estando el muro enterito y en pleno terremoto por derribarlo…
Pues bien el sujeto notó, que no había dado con las palabras en inglés adecuadas, a medida que el tamaño de la consorte iba siendo cada vez mas grande y el suyo própio cada vez mas pequeño. Cuando la otra ya estaba a punto de darle una paliza al estilo Münich, que pienso sería muy doloroso, el habil, dió con las palabros en ingles adecuadas, para explicarse y dejar claro que, desde una perspectiva «estética», le parecia algo bello.
Algo que después se confirmaría, con el uso de mural expresivo que se le dió. Pero que en ése momento era un insulto hacer, a alguién que no entendiera o que sufriera directamente la dichosa pared…tremendo!
Esta muy bien que recuperen las pintadas del muro, porque es un buen reclamo turístico y a mi personalmente me sabría mal que se estropearan. Hace ya unos meses que fui a Berlín alojándome en un bonito hotel del centro de la ciudad y vi que los años y el meteorología pasan factura al muro.
Esperen que lo recuperen
@5conocimiento El tipo se lució entonces. Menos mal que al final supo arreglarlo porque una «paliza» al estilo MÜnich debe doler…. jejeje.
querida ana, que envidia me das, hija trotas por todo el mundo.
ya me gustaria a mi, tener el tiempo suficiente que no el dinero para poder escaparme a sitios imaginados.
aprovecha todo lo que puedas pues las experiencias de los viajes es lo uniquito
que nos llevaremos.
un saludo.
p.d. preparo un viaje a nueva york.
ya te contaré
Ana te ha tocado recoger algo de mi blog. Lo siento;)
Un beso.
Yo tengo fotos hechas en el trozo que trajeron a Sevilla, a la Expo, pero no las publicaré porque tenía 11 años y mi sentido del ridículo me lo impide…