Conocí a Joan Planas virtualmente hace bastante tiempo. Después le seguí en los meses en los que estuvo trabajando con el equipo de Minube y me morí de envidia cuando comencé a escucharle contar que se marchaba unos meses para contar historias desde Asia.
Contar historias, algo tan difícil y tan sencillo a la vez. Para contar historias tienes que irte, verlas, conocerlas y después transmitirlas. Junto a Ana Salvá es lo que lleva meses haciendo en la otra punta del mundo. No soy objetiva. Me encanta el proyecto. Me provoca una envidia romántica, porque están haciendo aquello que -en los años en los que aún quería ser periodista- siempre dices que te encantaría hacer pero que después no eres capaz de hacer por ti misma.
Ellos se han atrevido. Se han ido por su cuenta, sin que nadie lo pidiese, a ver, conocer y contarnos lo que viven. Terminaron la primera temporada. Han renovado la web y se han currado un ebook para recopilar todas las historias. Ahora están preparando la segunda temporada por Thailandia, Camboya y Birmania.
Necesitan pasta. Y entre todos podemos ayudarlos. Merece la pena. Yo he hecho una muy modesta aportación, pero muchas modestas aportaciones les darán los 5.000 euros que necesitan. Aquí cuentan cómo los gastarán y qué nos darán a cambio.
¡Muchísimas gracias Ana!
Gracias a vosotros por las historias que nos enseñáis 🙂