Sólo hace un par de días que tuvimos la última noticia provocada por la locura de las armas en EE.UU. Un empleado mataba a cuatro compañeros y se suicidaba en una fábrica de plásticos de Kentucky.
Como dije, probablemente esto podría haber pasado en cualquier país, en cualquier fábrica y a cualquier hora. Sin embargo, con toda seguridad pasa infinitamente menos en países donde las armas no puedan estar legalmente al alcance de cualquiera.
Hoy nos despertamos con lo que, al menos para mí, es una malísima noticia. El Supremo de Estados Unidos ratifica el derecho a poseer armas. La noticia es más triste aún si cabe. Es la primera vez que el alto tribunal respalda la posesión individual de pistolas y fusiles y además Obama y McCain se han pronunciado a favor.
La gente de la Asociación Nacional del Rifle debe estar contenta. Se rechaza una ley local que prohibía este privilegio americano y se cierra así un debate sobre un asunto bastante polémico. El mensaje para las familias americanas es claro: Hijos, tienen todo el respaldo para defenderse por ustedes mismos.
Es el problema de la concepción americana de la libertad individual. Libertad buena para unas cosas y mala para tantas otras. Lo más grave no es sólo que se de una palmadita en la espalda a aquellos que piensan que tienen derecho a disparar contra quienes crean que amenazan su vida, sino que se sigue extendiendo la posesión de armas en un país donde hay demasiados ejemplos de gente inocente muerta por un loco con una pistola en las manos.
En mi opinión, poseer armas es un derecho excesivamente peligroso en cualquier sociedad. No soy una fiel seguidora de Michael Moore, pero es bastante ilustrativo recordar lo que nos decía en Bowling for Columbine. Y es sólo un minúsculo ejemplo de lo que sucede. Una de mis partes favoritas…
Barra libre para pistolas en norteamérica. Y arriba la Segunda Enmienda a la Constitución estadounidense que señala que «siendo necesaria una milicia bien regulada para la seguridad de un estado libre, el derecho de la población a poseer y portar armas no será restringido«.
También sería bueno echar un vistazo al reportaje Papi, cómprame un Kalasnikov.
Michael Moore puso los puntos sobre las ies y de que forma y con que apoyo del público eso es de valorar y para tomar cartas en el asunto
Hola, Ana. Leo tu entrada y no puedo quitarme de la cabeza la imagen del Rey y el presidente de la Junta presentando ayer en Sevilla ante 1.800 invitados el A400M, un avión militar en toda regla del que esperan vender unos 400 ejemplares en las dos próximas décadas. Por ejemplo: una democracia tan laxa como la malaya ya tiene firmados cuatro aparatos, que saldrán directamente de la EADS CASA San Pablo, aquí al lado. Pero es que hay 25 aviones también comprados ya por el Reino Unido, que a ver si no terminan sobrevolando Irak, ¿verdad? La buena nueva abrió ayer unos cuantos informativos regionales. Hubo hasta bailoteo de María Pagés y su grupo flamenco, porque el asunto es de lo más festivo… En definitiva, que digo yo que menudo asco, porque también estamos hablando de 800 empleos directos, que también se dice muy pronto. Mejor me acuesto, sí, que la caló marea… 😉
Totalmente de acuerdo Manolo. La industria armamentística mueve demasiadas cosas por desgracia.
Grande Moore con sus documentales. El que tiene un arma en su casa y más si tiene niños es un cabronazo de cuidado como el que lleva una navaja y dice que no la va a usar, el que la lleva es para usarla cabronazo. Para bailar reggeton no te hace falta.
Odio las armas.
Saludos, y me quedo un rato tranquilizándome por tu sitio.
Antonio