Hoy estoy de vuelta; de vuelta de todo. El pasado jueves, con un petardo en el culo y sin tener ni un segundo en toda la mañana para colarme en el blog y despedirme, me fui a pasar cuatro días con amigas a Bilbao. Aprovechando que Vero se nos trasladó a vivir allí, hemos decidido ir a hacerle una visita que ha merecido muchísimo la pena.
El mini-viaje empezó como era de esperar. Después de dos semanas bastante tranquilas en la oficina, el jueves tuve un día de locos. De repente todo era urgente, todo se tenía que quedar entregado y, por supuesto, todo reclamaba mi atención en una mañana que se pasó volando.
Después de correr durante horas para dejarlo todo cerrado, cogí la maleta y me planté en el aeropuerto. Pido disculpas por haberme largado sin decir nada. Espero que no hayáis entrado demasiadas veces por aquí sin encontrar noticias nuevas en varios días.
Hoy he vuelto con las pilas cargadas y espero que con una buena noticia al hombro. Mañana prometo contar con pelos y señales estos días por Bilbao.
ya se te echaba de menos Ana. gracias a Dios que volvistes
Estimada, creo que das demasiadas explicaciones. Tienes todo el derecho a despendolarte en Bilbao y si las cosas vinieron así y no tuviste tiempo ni de despedirte, pues los demás lo entendemos, creo yo. Ale, diviértete, que ya vendrán tiempos distintos.