La verdad es que me cuesta reconocer lo que ahora mismo voy a decir, pero es cierto que parece que el Papa Benedicto XVI está aprendiendo poco a poco a dar discursos. Ayer estuvo en Brasil y se dirigió a la población joven y, echando un vistazo a lo que dicen los periódicos, tengo que decir que estuvo bastante acertado. Ha dejado de dar tantas lecciones de religión y de limitarse a la doctrina para bajar un poco a los problemas que la gente vive a diario.En Brasil habló de la importancia de preservar la naturaleza y evitar la destrucción del amazonas y la deforestación. Además, hizo un llamamiento a construir una sociedad más justa y pacífica y desafió a los jóvenes a hacer frente a la violencia en un país donde dijo las navajas y las drogas son una de las principales causas de muerte.
También apeló a la responsabilidad y a la necesidad de obligar al Estado a cumplir con sus obligaciones, respetando las leyes y luchando para eliminar discriminaciones que existen en las sociedades latinoamericanas.
Con este discurso, hay que reconocer que Ratzinger está aprendiendo a ganarse a la gente y a hacerse más populista. Tiene razón quien pueda pensar que a lo mejor la labor de un Papa no es la de meterse en temas que son más bien de política, pero yo lo veo así: aunque no sea esa su labor de manera directa, más vale que hable de estos temas a que lo haga de doctrina, doctrina y doctrina.
Aunque estuvo bien, se le volvió a ver el plumero cuando pasó a hablar directamente de la Iglesia y la religión. Dijo a los jóvenes que ellos son el presente y futuro de la Iglesia y de ¿la humanidad? Además, hizo un llamamiento para que vivamos en castidad y respetemos y veneremos el matrimonio. Como señala hoy «El País«, se le ocurrió hacerlo en un país donde, a pesar de tener un 73% de la población católica, las encuestas muestran que la mayoría de la gente apoya el uso del preservativo y las relaciones sexuales antes del matrimonio.
En fin, que aunque reconozcamos que mejora hablando, queda claro cuál es su doctrina cuando tiene frasecitas como éstas… Da igual que la gente muera de sida o que haya embarazos no deseados, lo importante es elegir entre la castidad o el matrimonio. Ah! Y de nombrar directamente la corrupción política y de desigualdad, ni hablamos.