Mirar a los ojos. Es sencillo y debería ser natural. Lo es cuando eres niño pero de mayor a veces se te olvida ser claro, directo, mirar a los ojos y decir o hacer lo que piensas. Por suerte las fotos, aunque mal hechas, a veces nos obligan a pararnos y ver detalles que en demasiadas ocasiones pasamos por alto. Gracias a estas fotos me he recordado a mí misma que deberíamos mirar más a los ojos sin miedo.
¿Mal hechas? Yo no entiendo de fotografía pero estas fotos no sólo me ponen una sonra en la cara inmediatamente sino que me conmueven.
Yo no sé a quién habrán salido esos niños tan guapos 😉