Lo decía hace unos meses. Project Shell y Blow Studio son una de esas escasas pero preciosas muestras de que en Sevilla no está todo perdido. Project Shell nace, como ellos mismo dicen, como una pieza surgida de la colaboración entre Blow Studio y varios profesionales del sector audiovisual andaluz. «Colaboración», eso que casi siempre falla en una ciudad en la que las empresas prefieren pelearse y pisarse clientes unas a otras en lugar de buscar sinergias. Si esto lo han hecho sin financiación, me pregunto qué podrían enseñarnos con un poco de dinero y las mismas ganas.
Año 2086. Cuando Kate Sorin se presentó voluntaria como «ciudadano base» para el proyecto Shell jamás pudo imaginar cómo condicionaría su destino. La Confederación Occidental aseveró que la creación de los ciber-clones sería el puente a una sociedad libre e igualitaria, sin pensar en que su naturaleza humana lucharía contra el cometido para el que fueron creados: ser esclavos.
Pronto comenzaron las revueltas. Los clones iniciaron una rebelión, tratando de huir usando cualquier medio. Para controlar los brotes de violencia y recuperar las unidades fugadas la Confederación creó una unidad policial especializada, la CHD (Clone Hunter Division).
La sujeto 0258 consiguió escapar suplantando la identidad de Kate, pero todo salió mal y se vio forzada a secuestrar a la hija de Kate para sobrevivir, la cual murió en el fuego cruzado. Desde entonces, Kate ingresó en la CHD con un solo objetivo, encontrar a 0258 y vengar la muerte de su hija.