La noche de ayer empezaba para la Ministra de Cultura en la puerta de acceso al teatro donde se entregaban los Premios Goya. Allí la esperaban cientos de personas reunidas en lo que se llamó en twitter #operaciongoya que expresaban con una enorme pitada (que por supuesto no se vio en televisión pero sí está en internet) su rechazo a la ley antidescargas.
El momento más esperado fue el discurso de Álex de la Iglesia. Con razón. Aunque algunos dijeron que decepcionaría y haría una pequeña bajada de pantalones, hizo todo lo contrario. Se subió, miró a todos a los ojos y se puso a escupir grandes verdades.
(…) El choque de posturas es siempre aparatoso y tras él surge una nube de humo que impide ver con claridad. Pero la discusión no es en vano, no es frívola y no es precipitada. No podemos olvidar lo más importante, el meollo del asunto. Somos parte de un Todo y no somos nadie sin ese todo. Una película no es película hasta que alguien se sienta delante y la ve. La esencia del cine se define por dos conceptos: una pantalla, y una gente que la disfruta. Sin público esto no tiene sentido. No podemos olvidar eso jamás. (…)
(…) Estamos en un punto de no retorno y es el momento de actuar. No hay marcha atrás. De las decisiones que se tomen ahora dependerá todo. Nada de lo que valía antes, vale ya. Las reglas del juego han cambiado. Hace 25 años, quienes se dedicaban a nuestro oficio jamás hubieran imaginado que algo llamado internet revolucionaría el mercado del cine de esta forma y que el que se vieran o no nuestras películas no iba a ser sólo cuestión de llevar al público a las salas. Internet no es el futuro, como algunos creen. Internet es el presente. Internet es la manera de comunicarse, de compartir información, entretenimiento y cultura que utilizan cientos de millones de personas. Internet es parte de nuestras vidas y la nueva ventana que nos abre la mente al mundo (…)
A los internautas no les gusta que les llamen así. Ellos son ciudadanos, son sencillamente gente, son nuestro público. Ese público que hemos perdido, no va al cine porque está delante de una pantalla de ordenador. Quiero decir claramente que no tenemos miedo a internet, porque internet es, precisamente, la salvación de nuestro cine. Sólo ganaremos al futuro si somos nosotros los que cambiamos, los que innovamos, adelantándonos con propuestas imaginativas, creativas, aportando un nuevo modelo de mercado que tenga en cuenta a todos los implicados: Autores, productores, distribuidores, exhibidores, páginas web, servidores, y usuarios.
(…) No se nos puede olvidar algo esencial: hacemos cine porque los ciudadanos nos permiten hacerlo, y les debemos respeto, y agradecimiento. (…)
Buenas noches.
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