Edimburgo en Agosto es un hervidero de gente. Hacer coincidir tu viaje con el festival Fringe es una apuesta de la que seguro nadie puede arrepentirse. Las calles se llenan de artistas que te regalan aquello que mejor saben hacer: dar espectáculo.
En medio de la marea de gente apareció un grupo de unos 8 hombres que parecían auténticos majaretas recién salidos de un psiquiátrico. Caminaban a paso lento, muy lento… como aburridos; pero clavaban sus esquizofrénicas miradas en todos los que se atrevían a mantenerse cerca.
Yo no hago esa foto ni con un tele de mil milímetros. Me mira así y tengo que ir al baño con urgencia.
Jajaja. Aunque por la foto no lo parezca, estábamos rodeados de gente, así que el miedo era menor. Eso sí, la mirada del tipo imponía…