Lunes. A las 9.15 llego al trabajo. Entro a leer por encima las noticias en los medios digitales para ver si ha pasado algo relevante. Pienso en lo loco que está el mundo. ¿Por qué?
1. En Alemania, la policía ha impedido un intento de dos adolescentes de atacar su instituto en Colonia. Habían recibido un aviso de otros estudiantes que los pillaron viendo imágenes de la famosa matanza en el instituto Columbine de EE.UU. Uno de ellos con tan sólo 17 años se ha suicidado después de ser interrogado. Su colega ha confesado la planificación de la matanza.
2. Mientras tanto, en Gaza ha muerto un chico de 22 años enfermo de cáncer. Estaba esperando a que autorizasen su entrada en Israel para poder recibir tratamiento médico adecuado. El servicio israelí le denegó la entrada por «motivos de seguridad«.
3. Venezuela e Irán se unen. El loco de Chávez se mantiene en afirmar su alianza con el loco de Ahmadineyad. De una alianza de locos ¿qué se puede esperar? Según ellos, luchar contra el imperialismo estadounidense y apoyar la lucha de los pueblos oprimidos por el capitalismo (…risas…).
4. Un día más, siguen los atentados en Afganistán y se suman más muertos. De Irak, mejor ni hablamos.
5. Más casos de corrupción y delitos urbanísticos. ¿De qué más nos enteraremos por la Operación Guateque?
Disculpen que no siga con las enumeraciones, pero estamos a principio de semana y mi nivel de optimismo sigue estando alto de momento. Menos mal que las cercanías han empezado a funcionar en Barcelona, que tenemos el aniversario de Mortadelo y Filemón y que dicen que la esfinge de Giza no está en peligro.
Lo dicho, loco mundo, mundo loco.