Casualidades de la vida. Hace unos días empecé a ver en televisión la nueva campaña del gobierno para fomentar los buenos hábitos de la gente al desayunar. Ésta es una de las comidas más importantes del día y yo personamente suelo desayunar bien. Entiendo que es una sana costumbre que hay que fomentar porque, por eso de las prisas, hay quien sale de casa sin desayunar o quien lo hace mal y a la velocidad del rayo.
Casualidades de la vida. Ayer leí un reportaje que decía que una de las cosas que más irrita a los empresarios y a la clase directiva de las empresas en general es el absentismo laboral en cualquiera de sus facetas. Resaltaban que parte del problema es el «absentismo parcial» que se produce en muchas oficinas a ciertas horas de la mañana cuando la gente sale a desayunar.
Casualidades de la vida. Yo siempre he desayunado en casa porque en mis trabajos no me dejaban salir (más que nada porque había que fichar a las entradas y salidas de la oficina y sería bastante evidente). Tan sólo cuando trabajé en OMD nos daban el desayuno en la cafetería de la oficina, pero lo organizaba la empresa y ya se encargaban de que ese tiempo lo trabajásemos antes o después.
Casualidades de la vida. Esta mañana no he venido a trabajar hasta las 10.30 de la mañana; no por placer sino porque hasta esa hora el catarro que se ha instalado en mi cuerpo no me ha dejado moverme. Cuando venía de camino a la oficina, he tenido una de esas sensaciones que te hacen sentir una de las personas más idiotas del planeta.
Me he acordado de «Desayuno con diamantes», no por la película en sí, sino por el título. Me explico. Se de sobra que hay mucha gente que sale del trabajo a desayunar con sus compañeros de oficina, pero las imágenes de hoy me han parecido demasiado.
A esa hora, he visto grandes grupos de gente que deduzco son compañeros de trabajo desayunando en cafeterías tranquilamente. Por la calle, había miniexcursiones de los que ya habían desayunado y volvían a los ordenadores, y de los que salían en busca del café y las tostadas.
Todos con cara de felicidad, de relax, de no estar estresados. He entendido por qué llamar a cualquier sitio entre las 9.30 y las 11.00 de la mañana es inútil porque la gente siempre ha salido. Dudo que todos los que estaban en la calle sean funcionarios. Lo digo por eso de romper el estereotipo.
En mi oficina nadie sale a desayunar. Debemos ser de esos pocos que no tienen ningún «Desayuno con diamantes» y que a esas horas nos dedicamos a trabajar. ¿Somos los más idiotas del lugar?
En fin, se que muchos me tacharán de rara… pero qué quieren que les diga, a mí eso de perder una hora de trabajo desayunando cada día por costumbre, la verdad es que no me parece. ¿Será que los jefes les descuentan una hora cada día del salario?
Bonito tema el del desayuno. Es un placer que he descubierto hace poco tiempo. La verdad es que es la comida más importante del día y por eso hay que tomarse su tiempo. Yo mi desayuno no hay quien me lo quite y me estoy pensando en fumar.jejeje.
Hablando de desayunar, me voy ya pa la cafeteria que me espera mi tostaita y mi periodico.
Besos
Jejeje!!!Tia!tienes to la razon…yo si salgo a desayunar pero tiempo de cafe rapidito que como este mu caliente no me lo bebo…será que no me gusta el camarero…sino me kedaria mais time!jejejeje!!!
Un bsote y q tenga un bonito día!